Jóvenes tibetanos a su llegada al Centro de Acogida de Katmandú.
Foto © Ángel López Soto
No voy a agregar más de lo que ya sabemos y se ha dicho acerca de este periodista que fue el pionero del periodismo con mayúsculas de este país.
En estos días en que ya no está con nosotros y lo recordamos de mil maneras, recupero este comentario que Manu hizo sobre una de las primeras fotografías que tomé sobre los refugiados tibetanos a su llegada a Nepal después de una terrible huída de Tíbet atravesando las montañas en invierno.
`La fotografía reúne los elementos esenciales del drama en el Centro de Refugiados de Katmandú, Nepal. Los pies vendados, congelados al atravesar los formidables ventisqueros, un pie en la palangana con agua caliente, sal y vinagre, las escudillas de arroz, el infiernillo de gas a la derecha, la mirada vigilante y protectora de la enfermera.
y al fondo, taraceada en la puerta, la figura del bondadoso dios-elefante Ganesha. Esta es la estampa que quedará en la retina de los recién llegados del frío: la primera sonrisa de acogida, el primer calor, el primer cuenco de arroz o de sopa tibetana.´
Manu Leguineche