El tren de Tíbet, una nueva forma de colonización
La línea del nuevo tren es el mayor desafío de la ingeniería china reciente y se extiende a lo largo de 1.956 kms desde Xining, capital de la provincia de Qinghai (provincia de Amdo hasta la anexión china de 1955) hasta Lhasa. Se inauguró en julio de 2006. Es el trayecto ferroviario que circula a más altura del planeta, 952 kms del recorrido están por encima de los 4.000 mts, de los cuales 550 están construidos sobre permafrost -material vegetal orgánico congelado-, protegido por tuberías especiales con agentes refrigerantes para impedir que la subida de las temperaturas lo descongele y desestabilice el tendido. Alcanza la máxima altitud en el paso de Tangu La(5.072 m). En el año de su inauguración, el tren –que ha costado 2.730 millones de euros, según el Gobierno- ha transportado 1.5 millones de pasajeros, en su mayoría hombres de negocios chinos y turistas de la misma nacionalidad.
Un aspecto curioso es el de los trenes de lujo. Trenes de cinco estrellas, con capacidad máxima de 100 pasajeros, equipados con un sistema de oxígeno como el utilizado en los aviones y coches totalmente transparentes para poder ver el paisaje desde cualquier ángulo. Dispone también de atención médica para posibles trastornos por el mal de altura, duchas, sala de baile y karaoke.
A pesar del progreso que supone este tren a una región hasta hoy casi incomunicada, para muchísimos tibetanos supondrá un paso más hacia la colonización total, con la masiva llegada de inmigrantes de etnia han.