Por Juan Carlos de la Cal, miembro de GEA PHOTOWORDS
La comunidad tibetana ha aprovechado esta fecha para reivindicar justicia y abrir una grieta en la férrea censura que mantiene Pekín sobre la práctica de torturas, desapariciones y asesinatos que lleva a cabo en la cima del mundo.
Al menos 140.000 tibetanos -de una población total de seis millones- viven desde entonces en el exilio. Como los palestinos o saharauis, ya son varias las generaciones nacidas en este anhelo de vivir en una patria libre. Su líder espiritual es el Dalái Lama, Premio Nobel de la Paz y también máxima autoridad del budismo, siempre ha apostado por una lucha pacífica, negando cualquier tipo de violencia contra los ocupantes chinos. Una apuesta que les ha granjedo a los tibetanos el apoyo mundial de no pocos intelectuales y activistas. No así de los gobiernos occidentales, cuyas posturas oficiales contra los excesos de Pekín no dejan de ser tibias por el poderío económico del gigante chino contra el que no quieren o no se atreven a enfrentarse.
El gobierno de Pekín mantiene una censura en torno al Tíbet que en ocasiones llega a convertirse en un apagón informativo total. Nadie puede entrar ni salir del país sin su autorización. Nada se mueve dentro sin que ellos lo sepan. Mientras, allí se tortura, se mata o se encarcela a cualquier opositor. Y, a la vez, se va repoblando con población china traida forzosamente de cualquier parte de la inmensa nación. Los que consiguen escapar, tienen que atravesar el Himalaya en durísimas condiciones, tanto o más como las de los subsaharianos que tienen que cruzar el desierto para llegar a Europa. Los que sobreviven llegan a India o Nepal mutilados por los efectos del frío que les congela sus miembros que van dejando por el camino.
Afortunadamente existe una red internacional de amplio expectro, el Comité de Apoyo al Tíbet (CAT) -en sus siglas en español-, que, compartiendo la vocación pacifista, contribuye a denunciar los abusos de China. En España, y de la mano del abogado José Elías Esteve, vicepresidente del CAT, que ha redactado los escritos, se han presentado dos querellas, únicas en el mundo, ante la Audiencia Nacional contra el Gobierno chino por genocidio. Solo una de ellas sigue adelante después de que el Ejecutivo español cambiase la ley en 2008, tras las presiones de Pekín. La segunda querella, admitida a trámite por el Juzgado nº 1 el 5 de agosto de 2008, fue archivada después de que el gobierno chino rechazara un requerimiento judicial para que oficiales chinos testificaran en la Audiencia Nacional sobre crímenes contra el pueblo tibetano, llamándola una “querella falsa”. (ICT Report: China threatens Spain over Tibet lawsuits; Judge announces extension of cases to cover Nangpa shooting). Sin embargo, gracias a la oposición de varios jueces a que se archivara definitivamente el caso, ha hecho posible que el caso siga adelante.
Takna Jingme Sangpo, testigo por la causa abierta en la Audiencia Nacional.
FOTO © Ángel López Soto, miembro de GEA PHOTOWORDS
LA LUCHA CONTINÚA
El pasado 26 de octubre se presentó ante la Audiencia Nacional el informe de la ICT : “La cadena de mando en la República Popular China y la responsabilidad directa de dirigentes chinos en los crímenes internacionales cometidos en el Tíbet”, y el 28 de diciembre Kate Saunders, directora de comunicaciones del CAT , fue requerida por el tribunal para testificar y ratificar el informe ante uno de los jueces de mayor rango en España, D. Ismael Moreno. El juez también admitió documentos adicionales, como un informe sobre las auto-inmolaciones en el Tíbet y la política china, titulado ‘Tormenta en las Praderas’ (ICT Report: Storm in the Grasslands: Self-Immolations in Tibet and Chinese policy).
“Seguimos pidiendo justicia universal como el único método para obtener responsabilidad criminal de los máximos dirigentes del Partido Comunista Chino, y este informe es un paso mas en esa dirección. Tras perder nuestra apelación al Tribunal Supremo, hemos apelado ahora al Tribunal Constitucional español, alegando la violación de derechos fundamentales en todo el proceso y pidiendo que se reabra el caso”, aseguraron a GEA José Elías Esteve Moltó, principal abogado investigador y redactor de ambas querellas, y Alán Cantos del Comite de Apoyo al Tíbet (CAT) en Madrid.
A su vez, Mary Beth Markey, presidente de la International Campaign for Tibet, afirmó que “es un privilegio para nuestra organización tener la oportunidad mediante estos mecanismos legales de pedir responsabilidad en la cúpula china para las fallidas políticas del liderazgo del Partido Comunista en el Tíbet. Nuestro informe describe en detalle la cadena de mando para políticas específicas en el Tíbet y muestra cómo las funciones del Partido Comunista están por encima de las funciones del estado chino en todos los niveles. A petición de los abogados, hemos dado los nombres de líderes específicos como Hu Jintao y Jiang Zemin y hemos demostrado sus conexiones con el Tíbet y sus responsabilidades específicas”.
Por lo menos, y aunque la progresión es lenta, el mantenimiento de este caso abierto en este rincón de la justicia española permite mantener viva la llama de la esperanza para que, algún día, David pueda vencer a Goliat una vez más.